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| Foto: (D.R.A) |
Por: Luis
Alcides Aguilar P.
Junio de
2013
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Me preocupa como docente el poco interés de nuestros
educandos en su desarrollo académico, en mi caso, el descuido lo veo en los
grados 8, 9. Los jóvenes no demuestran la necesidad de valorar las
oportunidades, por un lado que les permiten sus padres, su cuerpo sano y el
compromiso con ellos mismos para estar preparados para el viaje o transcurso al
futuro, la pereza mental parece ser infinita.
No es que no se realicen las estrategias para fundamentar los
procesos que convaliden el fortalecimiento de estar atentos a asimilar el
mínimo de conocimientos, cuando en el caso lo ideal sería la búsqueda del
máximo. Encontramos en los jóvenes pereza al leer, a la atención hacia el orientador
de la clase, al participar en el momento de una explicación activa
participativa, al desarrollo de procesos que necesiten la aplicabilidad del
pensamiento, para generar conocimiento. Noto un afán por el próximo cambio de
clases y el anhelo de que las horas de clase pasen fugazmente. Es normal que se
trate de cambiar el rumbo objetivo del desarrollo de la clase, por parte del
profesor, con actividades que lo alienten a seguir en su proceso; pero los
jóvenes asumen el tiempo en el colegio como una pérdida de su proceso de
crecimiento y pareciera que lo deberían ocupar en el chat a través
de su celular o redes sociales. El Internet lo utilizan más para entrar a las
redes sociales, que para realizar consultas que le ayuden abrir caminos en su
proceso cognitivo relativo al necesario fundamento de educarse.
El acompañamiento de los padres es fundamental en el
desarrollo académico, al igual que no descuidar su estado de ánimo y salud o
aspectos que incidan en su normal interés por cumplir con los aspectos de su
entorno escolar. Si esto no existe, entonces el joven se sentirá a sus anchas y
con poca consciencia para entender la necesidad primordial por los estudios, y
quizás cuando ya esté entrado en años y afectado por la deserción escolar, lamentará
el gran descuido en esa pasada etapa de su vida.
Por lo general al final todo recae sobre la Institución
Educativa y sus docentes, a veces sin hacer un análisis objetivo de la
situación real o desinterés de la comunidad educativa. Estamos a tiempo de corregir los desánimos…
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