Foto: tomada de www.avn.info.ve
Por: Luis
Alcides Aguilar P.
Junio de 2013
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Los países en vía de desarrollo, como Colombia, a mi forma de
pensar deberían implementar bien sus políticas económicas en función del
desarrollo socio económico del país e industrial. Colombia es un país de
economía extractiva, por lo general en el se explota por parte de las
multinacionales, mucha materia prima que después llega hasta nosotros como un
producto final o terminado.
Cada vez más me sorprende las gestiones de nuestros
gobernantes colombianos, realizando Tratados de Libre Comercio, con naciones
más pujantes y que le brinda grandes beneficios a sus productores; mientras nuestros
agricultores se los come las deudas y con poca ayudas del gobierno nacional. Y de
igual forma ocurre con los pequeños productores, cuyas empresas son absorbidas por
el capital extranjero o desaparecen del mapa económico nacional. Es cierto
también que tenemos empresas que producen muchos artículos de mala calidad;
pero esas desaparecen solas por el hecho de estar posicionadas en el mercado
ofreciendo productos que no colmen las expectativas de rendimiento en su
proceso de uso normal.
Colombia es un país de gran producción agrícola, y por un
lado a mediados del 2012 el gobierno, aprobó un contingente de 79.000 toneladas
de arroz, aprobado en el TLC con los
estados unidos; según el ministro de agricultura de la época, “Esto solo
representa ocho días de consumo, no afectaría la producción nacional”. Y por
otro lado no se frena masiva mente por las autoridades el arroz que entra de
contrabando. Igualmente ocurre con otros productos que entran al país
desbancando la producción nacional; como leche, carnes, etc. Muchos de estos acuerdos
comerciales bilaterales no le brindan
mucha esperanza al productor nacional por las pocas ayudas reales del Estado a
sus agricultores, ganaderos y otros. Mientras tanto somos invadidos por
productos extranjeros que son comunes en nuestros campos.
Nuestros gobernantes quieren integrar al país en un mundo
globalizado y de apertura y no hace ingentes esfuerzos para mejorar nuestra
infraestructura vial, nuestras arterias viales principales se encuentran en mal
estado, carreteras de la costa atlántica, interior del País que por más de 50
años aún se encuentran en deterioro y día a día en tiempos de lluvia se tornan
imposibles de transitar. Se supone que un alivio sería la ruta del sol; un mega
proyecto vial, que acabaría en gran parte con la preocupación de los
transportadores y productores nacionales.
Mi inquietud es ¿por qué nuestros gobernantes planifican sin
antes prepararnos para afrontar las realidades?; ellos ejecutan políticas de
avance, y el tiempo nos deja ver que, avanzar sin tener los grandes márgenes de
error en cuenta, ocasiona pérdidas a nuestra seguridad Nacional o alimentaria.
En el fondo intuyo que gobiernan con el afán de fortalecer apetitos políticos
internacionales y comerciales; sacrificando a todo un aparato productivo en vía
de desarrollo y con pocas políticas de ayuda a los campesinos pobres carentes
de infraestructuras para hacer más productiva sus tierras.
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