Por: Luis A. Aguilar P.
Agosto de
2013
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El mundo día a día nos sorprende, nos sorprende con su
naturaleza, habitamos un mundo que nos da vida, nos da ideas y nos da muerte. Nos
encontramos con pueblos gobernados con ideales maquiavélicos y muy pocos
humildes, con grandes personajes de la política que muchos admiran y otros
odian, muchos de ellos se inclinan más por políticas tradicionales de explotación
del pueblo en bien de un oscuro ideal mundial; quizás creyendo que al prestarse
para los fines de los más poderosos les dará vida eterna a ellos y a sus familias.
En América latina encontramos a los judas más grandes de la
historia contemporánea, gobiernos de países que entregan las riquezas de sus pueblos, primando el beneficio absoluto de
las grandes multinacionales, dejando pueblos inmersos en la miseria, descomposición
social y graves problemas de contaminación. La vida no es prioridad, la
prioridad es ganancia a costa de humildes trabajadores; la gente sufre, la
gente crítica, esboza afán de cambio por lo mal que están siendo tratados,
gentes sin empleo, con formas indignas de vida, sin los servicios públicos mínimos
para un mejor vivir. Entonces la clase obrera y el pueblo acude a los paros
para hacerse sentir, inmediatamente los facinerosos, amantes del caos, al ver espacios vírgenes,
se apropian de ellos y crean el desorden y las manifestaciones se conviertan en revoltosas,
lo que confunde al gobernante de turno habido de una metida de pata para enviar la
represión y hacerle un frente lógico a un accionar de vándalos.
Con el tiempo aparecen los “redentores” algunos con ideales
de justicia y otros con el objetivo de perpetuarse en el poder, le da prioridad
al pueblo, estudio gratuito, salud integral, mejoras de vivienda; es decir, una
vida justa y acorde con las riquezas de una Nación, riqueza que en otros
tiempos se repartía la oligarquía. El pueblo se enceguece y ve dioses de carne
y hueso, diariamente dan vítores al cambio; pero todo por lo general no es
gratis, el único del cual he visto que logró un cambio justo fue Nelson Mandela
en Sur África, se entregó a su pueblo, sufrió por su pueblo y ahora ese legado
quedó en manos de los ciudadanos sur africanos a allá ellos si lo quebrantan y
lo conviertes en una porquería.
Con el tiempo el
pueblo siente celos y comienza a quejarse nuevamente, entonces crea alianzas
con los de la élite económica nacional y embisten al redentor, que por lo general
es de extracción humilde, ese que en su gobierno les dio mejor vida y justicia,
entonces lo atacan y lo vilipendian y exigen el cambio. Al final nos
confundimos más y volvemos a las mismas, y nos preguntamos ¿Qué es lo que
quiere el pueblo?
Ejemplos: Haciendo historia recordemos a Hugo Chávez en Venezuela y en la actualidad Gustavo Petro en Bogotá, Colombia.
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