Foto tomada de: ayi-noticias.blogspot.com
Por: Luis Alcides Aguilar P.
Sentado
con una hermana en las afueras de un negocio de comidas en Valledupar, no era
extraño ver; como en muchas otra ciudades de Colombia, a una señora indígena de
bastante edad, extendiendo su mano derecha con un papel escrito y protegido; le
dan a conocer a los transeúntes la razón del documento y su pedido, mi hermana,
amablemente lo lee; al instante, a mi llega otra personita portadora de un
documento igual, documento que hace alusión a su necesidad de pedir una ayuda
económica porque han sido desplazados de sus tierras. La niñita que me entrega
el documento, quizás tiene unos 6 o 7 años, descalza y con una ropita
completamente sucia, se me acerca con unos ojos silenciosos; pero que hablan, una
sonrisa de esperanza, llena de inocencia, ¡me partió el alma!, al darme cuenta
todo el daño que ha causado la misma humanidad.
Al
lado mío se encontraba un Señor quien a
la vez se refiere a la persona que los
dirige, el cual no iba con ellos, el Señor, dice “El jefe de ellos se la pasa
con varias mujeres, gozando y bebiendo ron y los pone a ellos a pedir plata”,
entonces también es factible pensar que ya nuestros indígenas aprendieron las
mañas de los “blancos”, se les olvida la
esencia, la tolerancia, las costumbres. Aprenden que es mejor continuar en el
placer a costa de todo un pueblo, muchas veces ignorante y respetuoso de sus
principios; pero firme seguidor de los pedidos de su jefe mayor.
Duele
en el alma ver crecer una generación de indígenas que desde pequeños se les
inculca el salir a las calles a mendigar, es descuido también de los dirigentes
indígenas no encausar las pocas políticas que salen del gobierno en favor de
los grupos indígenas en Colombia, un obstáculo podría ser su ley, en el sentido en que muchos de sus
miembros más sobresalientes hacen con ellos lo que les
da la gana; ley mediante la cual son
considerados autónomos; justificado esto en la Constitución Política de 1991. “Actualmente, la comunidad
internacional ha aceptado el principio de que las culturas, las formas de vida,
las tradiciones y las normas consuetudinarias de los pueblos indígenas y
tribales son valiosas y necesitan ser respetadas y protegidas, y los pueblos
indígenas y tribales deben participar en los procesos de adopción de decisiones
en los países en los que viven. Las normas más recientes de la OIT sobre este
tema, establecen estos principios y confieren un marco para los gobiernos, las
organizaciones de los pueblos indígenas y tribales, y las organizaciones no
gubernamentales, para garantizar el desarrollo de los pueblos concernidos, con
pleno respeto de sus necesidades y deseos”
1.
Es
preocupante esa cara de nuestra querida Colombia, nuestros niños indígenas
creciendo en medio de una pobreza de arrastre ilustrada muchas veces por los
adultos de sus propios grupos que en muchos casos no son tan inconscientes de
las realidades.
"Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan,
hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan" (Miguel de Unamuno)
"Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan,
hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan" (Miguel de Unamuno)
1. Tomado
de: La OIT. Organización Internacional del Trabajo (Pueblos indígenas y
tribales).
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