viernes, 22 de junio de 2012

POBRE COLOMBIA

Por: Luis Alcides Aguilar P.
Nuestra querida patria aún continuará inmersa en la barbarie, desdicha y la corrupción, tenemos fiscales que  hablan de la humanización de la justicia, jueces que castigan  a los bandidos con casa por cárcel, y otros que ponen mano dura a un pobre hombre que por tener hambre se roba unos cubos de magui. Es lógico que las leyes son para acatarlas y respetarla, ello debido a cada circunstancias de los hechos; lo incomprensible es que los casos más insignificantes  tenga mayor castigo que los más significativos, no soy abogado, pero en la realidad es racional, castigar de acuerdo al delito cometido.
Al parecer Colombia seguirá sumida en  la desconfianza en sus leyes; la muestra es la última reforma a la justicia, adelantada por el Congreso de la República de nuestro país, reforma que aún no se ha promulgado, por lo que no está vigente. La reforma  según los expertos llevaría al traste a 1.500 investigaciones, es decir, estaría blindando y dando privilegios a muchos funcionarios que han violado la normatividad vigente y dentro de esos funcionarios públicos están muchos de los llamados “padres de la Patria”,  algunos se confabularon para insertar los llamados micos, es decir: “trampa que realizan los legisladores para hacer pasar de manera inadvertida leyes que por lo general benefician intereses privados en detrimento de lo público”, con el ánimo de beneficiarse ellos mismos y otros amigotes cuya moral se encuentra comprometida dentro de las 1.500 investigaciones adelantadas por la justicia colombiana.
Lo que más sorprende es ver al actual Ministro de Justica, dándole las gracias al Congreso de la República por esa gran gestión en bien de Colombia; poco tiempo después al ser entrevistado por la prensa Nacional aduce que cuando leyó lo escrito no se habían realizados los tales micos, a su vez el presidente de la Cámara de Representante le dice que no le mienta al país, con lo que deja entre ver que si leyó lo que le fue objetado. Ahora se están lavando las manos, como Pilatos.
Al final de todo, los que sufren es la gente del común, todo el peso de estos errores o más bien de esta actitud corrupta de nuestros gobernantes recae sobre los hombros de un pueblo que siempre ha sido engañado y pisoteado por los intereses de particulares en bien de unos pocos. Después realizan grandes estudios para encontrar las reales causas de la violencia y la miseria en Colombia. 

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