Por: Luis Alcides Aguilar P.
Nuestra querida patria aún continuará inmersa en la barbarie,
desdicha y la corrupción, tenemos fiscales que hablan de la humanización de la justicia,
jueces que castigan a los bandidos con
casa por cárcel, y otros que ponen mano dura a un pobre hombre que por tener
hambre se roba unos cubos de magui. Es lógico que las leyes son para acatarlas
y respetarla, ello debido a cada circunstancias de los hechos; lo incomprensible
es que los casos más insignificantes tenga mayor castigo que los más
significativos, no soy abogado, pero en la realidad es racional, castigar de
acuerdo al delito cometido.
Al parecer Colombia seguirá sumida en la desconfianza en sus leyes; la muestra es la
última reforma a la justicia, adelantada por el Congreso de la República de
nuestro país, reforma que aún no se ha promulgado, por lo que no está vigente. La
reforma según los expertos llevaría al
traste a 1.500 investigaciones, es decir, estaría blindando y dando privilegios
a muchos funcionarios que han violado la normatividad vigente y dentro de esos
funcionarios públicos están muchos de los llamados “padres de la Patria”, algunos se confabularon para insertar los
llamados micos, es decir: “trampa que realizan los legisladores para hacer
pasar de manera inadvertida leyes que por lo general benefician intereses
privados en detrimento de lo público”, con el ánimo de beneficiarse ellos
mismos y otros amigotes cuya moral se encuentra comprometida dentro de las
1.500 investigaciones adelantadas por la justicia colombiana.
Lo que más sorprende es ver al actual Ministro de Justica, dándole
las gracias al Congreso de la República por esa gran gestión en bien de
Colombia; poco tiempo después al ser entrevistado por la prensa Nacional aduce
que cuando leyó lo escrito no se habían realizados los tales micos, a su vez el
presidente de la Cámara de Representante le dice que no le mienta al país, con
lo que deja entre ver que si leyó lo que le fue objetado. Ahora se están lavando
las manos, como Pilatos.
Al final de todo, los que sufren es la gente del común, todo
el peso de estos errores o más bien de esta actitud corrupta de nuestros
gobernantes recae sobre los hombros de un pueblo que siempre ha sido engañado y
pisoteado por los intereses de particulares en bien de unos pocos. Después realizan
grandes estudios para encontrar las reales causas de la violencia y la miseria
en Colombia.
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