Por: Luis Alcides Aguilar P.
Los
pueblos, en muchos casos son víctimas de sus propios inventos. E aquí unos cuantos párrafos de la historia de uno, de gente noble, trabajadora,
dicharachera, amigable y hasta conformista; llamado Chiriguaná, nombre que nos
relaciona con nuestras verdaderas raíces teniendo en cuenta la real historia de
nuestros países americanos. Y aún, en sus terrenos no ha tenido vestigios
reconocidos oficialmente por antropólogos que definan que en el, Chiriguaná,
existió un asentamiento indígena. Nos inventamos a un cacique el que
denominamos “cacique chirigua”, el cual ya es tradición y por ese mismo motivo
se ha reconocido en canciones, poesías, haciendo parte de nuestra historia
coloquial, primando una escultura de un personaje alto, robusto y con facciones
de un indio piel roja de norte América, o quizás de un indio Caribe, ya que la
historia dice que los primeros Caribe eran altos y robustos. Escultura que ya
no existe.
Después
de un argumento para discutir, pasemos a
lo que en verdad queremos resaltar, un poco de la historia política y económica
de nuestra querida Chiriguaná. Trayendo a nuestros recuerdos, con todo respeto,
al difunto Manuel Guillermo Quiroz, conocido popularmente como; “mañoro”. Un
personaje humilde en toda la extensión de la palabra, liberal que le tendía la
mano al conservador sin mirar su condición partidista, hoy todos lo hemos
olvidado, no reconocemos su gestión en bien de su partido y en el de su pueblo.
Era la Chiriguaná soñada, amada y de gratos sentimientos, la misma en la que
sus inspectores de policía eran personas con pocos estudios y hacían entrar en
razón a los ciudadanos en el orden. Sus dirigentes carecían de profundos
estudios especializados y ello no era obstáculo para traer desarrollo y
viabilidad a unas posibilidades de calidad de vida, hermandad y respeto.
Pero
seguramente algunos argumentarán que “Es que los tiempos cambian y ahora
estamos en otras condiciones, las mismas que no
hacen factible aplicar hoy, meca mismo de otros
tiempos”.
Hoy con el auge de la minería las cosas han cambiado, y como si no fuese suficiente, el Estado, con ayuda de una de sus instituciones logró que la suerte de algunas regiones de contar con grandes yacimientos mineros, se reparta en todo el país, en especial en las regiones de menos
desarrollo y más pobreza. Ahí vemos al Choco, con grandes riquezas y está
sumida en la miseria, pero claro, la culpa se la achacan a los políticos; y
entonces ¿por qué no endurecen las normas para los que hacen mal uso de los
recursos del Estado? Vivimos en un
Estado alcahueta y maquiavélico (en función de quienes lo dirigen) para sus fines en dar soluciones, cuando
queda una gran parte del país sumergida en medio de una abrumadora
contaminación y las regalías se están esfumando, quedando todos en un olvido
paradisiaco; que con el supuesto de
haber recibido grandes recursos no tendremos porque quejarnos. En la
actualidad al ponerse en práctica la teoría de hacer el reparto de las mal
llamadas "regalías" en todo el país, nos hemos encontrado con Municipios
productores que les corresponde tres (3) pesos, algo estúpido e inconcebible. Es
decir la ley hay que replantearla.
Si
pensamos en lo que se avecina, crisis alimentaria, contaminación, epidemias,
escasez de agua, desastres ecológicos, no nos quedaría mal volver a
experimentar y para siempre, con los recursos agrícolas, la pesca, protección
de nuestros humedales, masivas campañas de salud que nos enseñen en cómo
protegernos, aún en medio de una contaminación amenazante e innegable. Volver a mirar al campo, que
nuestros campesinos rodeados de paz tengan los medios económicos y la tierra
apropiada para contar con productos de
pan comer y pan coger, que el fomento agrícola y ganadero tenga la misma
importancia de otros tiempos, al igual que nuestros pescadores, tengan un
estudio o costumbre que le permita visionar cuando debe pescar y cuando amerita
hacer un receso de la pesca, para permitir más adelante una buena producción,
evitando la extinción de peces como el boca chico y otras especies, teniendo a
mano el sustento de su familia cuando no esté en su actividad tradicional.
Hoy
quizás sabemos lo que se a próxima, y nos da temor pensar en miseria y hambre.
Hemos descuidado la vocación agrícola, hemos ignorado la seguridad alimentaria,
todo a causa de una riqueza efímera y perjudicial como lo es la explotación
minera.
"Nos inventamos a un cacique el que denominamos “cacique chirigua”, el cual ya es tradición y por ese mismo motivo se ha reconocido en canciones, poesías, haciendo parte de nuestra historia coloquial, primando una escultura de un personaje alto, robusto y con facciones de un indio piel roja de norte América, o quizás de un indio Caribe, ya que la historia dice que los primeros Caribe eran altos y robustos."
ResponderEliminarJajajajajajajaja, ese concepto del señor Luis Alcides Aguilar Perez, me da tristeza. Que tristeza al ver como la nueva generación de chiriguanero ignora nuestra historia y cultura, si claro nos inventamos al Cacique Chirigua, porque los primeros habitantes de Chiriguana eran ingleses por ello lo de Chiriguayor; para ser tenido en cuenta como historiador no se necesita acabar con la cultura y tradiciones de un pueblo, yo no podía entender porque en Chiriguana la educación media era tan mediocre, claro si la nueva generación de profesores lo que enseñan es pura basura no lo digo yo, lo dice los resultados de las pruebas del Estado.
Pues si señor, el Cacique Chirigua, si existió que algunos chiriguaneros no lo quieran reconocer allá ellos y su conciencia.