Por: Luis Alcides Aguilar P.
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Vanagloriar a la mujer es propio de todos los días, cuando le decimos a nuestra madre, Buenos días mamá y le damos un toque o un abrazo mostrando lo agradecido que estamos de ella, cuando miramos a nuestra mujer o esposa brindándole nuestro aprecio cariño y compañía, al exaltar los logros de las amigas. Pero hoy, también es un pare, para mirar a la mujer en su papel en las áreas del desarrollo humano su gran contribución en hacer del mundo un mejor vividero, razonar y reconocer su aporte esencial, gracias a ellas el hombre ha podido salir adelante.
Los antecedentes históricos no son muy explícitos. Sin embargo, se atribuyen dos hechos importantes ocurridos ambos en la ciudad de Nueva York. El primero fue una marcha de empleadas de textiles en el año 1857; miles de mujeres marcharon sobre los barrios adinerados de Nueva York en protesta por las miserables condiciones de las trabajadoras. El segundo ocurrió en 1908, en ese año 40 mil costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga demandando el derecho de unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil. Durante la huelga, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York. Los dueños de la fábrica habían encerrado a las trabajadoras para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga.
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