Por: Luis Alcides Aguilar P.
Abril de 2015
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Foto: http://www.elcolombiano.com/se-agota-tiempo |
Los países desarrollados poseen un sistema de educación que
hace parte del engranaje fundamental de las políticas de Estado, es decir,
tienen leyes que propugnan por una directriz que no es casual. Sus metas están
bien definidas y tienden estar adelantados muchos años con relación a otros
países considerados por ellos como de avanzada, al copiar modelos, prefieren
realizar sus propios ensayos apegados al desarrollo de su sociedad y a la
necesidad de permitir herramientas científicas al alcance de sus educandos.
El afán de Colombia por ingresar a la “OCDE” Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico, intentando estar a la par con
países de significativo aporte al desarrollo de sus sociedades le está haciendo
perder la cabeza al gobierno de turno que para intentar lograr un alto promedio
en las pruebas que cada tres años la “Ocde” le aplica a estudiantes de sus
países miembros, ha implementado un sistema masivo de internet en las Instituciones
Educativas del país escogidas para
participar con un determinado número de estudiantes en las próximas pruebas
(Pisa) "Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes", deja ver la manera como quiere
fundamentar una razón que le permita liderazgo, ignorando, cuando le interesa,
que todos estos procesos no deberían ser ideados de la noche a la mañana, sino
que deben estar inmersos en una política educativa seria y honesta para el
pueblo y la sociedad colombiana.
Al final si los resultados son nefastos, pues culparan a los
docentes y si por lo contrario se logra un excelente resultado, entonces todos
los honores se los llevará el gobierno y su ministra de educación.
Cuando nuestros gobiernos se interesen de verdad por una
excelente educación para nuestros niños, cuando se realicen grandes inversiones
en procura de tener docentes y educandos preparados para el futuro con las
herramientas y las condiciones ideales de cambio, entonces eso será el reflejo
de una política educativa objetiva, y que por lo general no será motivo de
cambio por los gobiernos siguientes, solo hasta lograr un camino menos tortuoso
y limpio para una sociedad que anhela disfrutar de un Estado menos corrupto y
más equitativo.
En las políticas para la educación de los jóvenes y sociedad
colombiana se necesita más corazón y menos experimentaciones, si queremos un
país de avanzada es hora de dejar a un lado las actitudes mezquinas de nuestros
gobiernos y mover la racionalidad de la academia a favor del desarrollo
tecnológico, económico, político, cultural y social de nuestros docentes y
educandos, y entonces si exigir al momento de haberse entregado los
factores que conlleven a un final feliz, y si existen los fracasos,
aplicar los ajustes con la lógica o razón y no con la voz tirana de los
gobernantes y sus ministros.
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