sábado, 16 de julio de 2011

AYER Y HOY

Por: Luis Alcides Aguilar Pérez.
Los pueblos, en muchos casos son víctimas de sus propios inventos. E aquí  unos cuantos párrafos de  la historia de uno, de gente noble, trabajadora, dicharachera, amigable y hasta conformista; llamado Chiriguaná, nombre que nos relaciona con nuestras verdaderas raíces teniendo en cuenta la real historia de nuestros países americanos. Y aún, en sus terrenos no ha tenido vestigios reconocidos oficialmente por antropólogos que definan que en el, Chiriguaná, existió un asentamiento indígena. Nos inventamos a un cacique el que denominamos “cacique chirigua”, el cual ya es tradición y por ese mismo motivo se ha reconocido en canciones, poesías, haciendo parte de nuestra historia coloquial, primando una escultura de un personaje alto, robusto y con facciones de un indio piel roja de norte América, o quizás de un indio Caribe, ya que la historia dice que los primeros Caribe eran altos y robustos. Escultura que ya no existe.

Después de un argumento  para discutir, pasemos a lo que en verdad queremos resaltar, un poco de la historia política y económica de nuestra querida Chiriguaná. Trayendo a nuestros recuerdos, con todo respeto, al difunto Manuel Guillermo Quiroz, conocido popularmente como; “mañoro”. Un personaje humilde en toda la extensión de la palabra, liberal que le tendía la mano al conservador sin mirar su condición partidista, hoy todos lo hemos olvidado, no reconocemos su gestión en bien de su partido y en el de su pueblo. Era la Chiriguaná soñada, amada y de gratos sentimientos, la misma en la que sus inspectores de policía eran personas con pocos estudios y hacían entrar en razón a los ciudadanos en el orden. Sus dirigentes carecían de profundos estudios especializados y ello no era obstáculo para traer desarrollo y viabilidad a unas posibilidades de calidad de vida, hermandad y respeto.

Pero seguramente algunos argumentarán que “Es que los tiempos cambian y ahora estamos en otras condiciones, las mismas que no  hacen  factible       aplicar hoy, meca mismo de otros tiempos”

Claro, con la lotería del carbón las cosas han cambiado, y como si no fuera suficiente, ahora el Estado, con ayuda de una de sus instituciones logró que esa lotería se reparta en todo el país, en especial en las regiones de menos desarrollo y más pobreza. Ahí vemos al Choco, con grandes riquezas y está sumida en la miseria, pero claro, la culpa se la achacan a los políticos; y entonces ¿por qué no endurecen las normas para los que hacen mal uso de los recursos del Estado?  Vivimos en un Estado alcahueta y maquiavélico (en función de quienes lo dirigen)  para sus fines en dar soluciones, cuando queda una gran parte del país sumergida en medio de una abrumadora contaminación y las regalías se están esfumando, quedando todos en un olvido paradisiaco;  que con el supuesto de haber recibido grandes recursos no tendremos porque quejarnos.

Si pensamos en lo que se avecina, crisis alimentaria, contaminación, epidemias, escasez de agua, desastres ecológicos, no nos quedaría mal volver a experimentar y para siempre, con los recursos agrícolas, la pesca, protección de nuestros humedales, masivas campañas de salud que nos enseñen en cómo protegernos, aún en medio de una contaminación amenazante e  innegable. Volver a mirar al campo, que nuestros campesinos rodeados de paz tengan los medios económicos y la tierra apropiada para contar  con productos de pan comer y pan coger, que el fomento agrícola y ganadero tenga la misma importancia de otros tiempos, al igual que nuestros pescadores, tengan un estudio o costumbre que le permita visionar cuando debe pescar y cuando amerita hacer un receso de la pesca, para permitir más adelante una buena producción, evitando la extinción de peces como el boca chico y otras especies, teniendo a mano el sustento de su familia cuando no esté en su actividad tradicional.

Hoy quizás sabemos lo que se a próxima, y nos da temor pensar en miseria y hambre. Hemos descuidado la vocación agrícola, hemos ignorado la seguridad alimentaria, todo a causa de una riqueza efímera y perjudicial como lo es la explotación minera.


Copyright © 2011 Luis A Aguilar P. Todos los derechos reservados.


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