Foto: Chiriguaná: Ayer, hoy y mañana. Juan Mejía Gómez |
Por: Luis Alcides Aguilar P.
Noviembre de 2015
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El otrora Hospital San Andrés de Chiriguaná fue
diseñado por el arquitecto chiriguanero
Francisco Aguilar Rivero, quien con sus modelos de construcción y deseos de
servicio como profesional recién venido de Brasil, donde estudio; fue tenido en
cuenta para dar inicio y forma a la
infraestructura de nuestro querido San Andrés.
Es así como en 1963, gracias a las gestiones del Dr. Roberto García Hernández a través del Representante a la Cámara Dr. Andrés Villanueva Amaris quien se comprometió con el Dr Roberto García y otros amigos para conseguir el Hospital a la población de Chiriguaná; cumpliéndose esa promesa y en honor al Representante Villanueva el hospital lleva su nombre San “Andrés”.
Es así como en 1963, gracias a las gestiones del Dr. Roberto García Hernández a través del Representante a la Cámara Dr. Andrés Villanueva Amaris quien se comprometió con el Dr Roberto García y otros amigos para conseguir el Hospital a la población de Chiriguaná; cumpliéndose esa promesa y en honor al Representante Villanueva el hospital lleva su nombre San “Andrés”.
Al lado del Dr “robertico”, como humildemente le
llamaba el chiriguanero común, se encontraba uno de nuestro más grande orgullo
el Dr. Alfonso Mejía Vanegas, quien en ese momento ejercía como asesor del
Ministerio de Salud y gracias a sus buenas posiciones laborales, como la OMS, y
sus influencias logró la primera dotación para el Hospital San Andrés.
Hoy como consecuencia de la política neoliberal que
gobierna el mundo, del lánguido servicio prestado por los agentes burocráticos
del Estado y la corrupción galopante en un país que diariamente la prensa, y
destacados personajes públicos cuestionan el proceso de paz con las Farc, con
argumentos venenosos que más que bien, le hacen daño a esa sensación que
tenemos muchos colombianos de lograr
apagar un tizón encendido aparentemente “perpetuo” de los tantos que
quieren terminar de incendiar a nuestra sufrida Colombia; no utilizan los
medios y las influencias para pedir y exigir soluciones políticas y económicas
a tantos hospitales que han quebrado por la negligencia de administrativos y
normas que cada día socaban la tranquilidad social de nuestras comunidades más
pobres y desamparadas.
Los empleados del Hospital San Andrés, y toda una
región: Chiriguaná, Curumaní, Tamalameque, Pailitas, Pelaya, se encuentran en
paro; paro, porque así como los empleados se ven decididos a presionar, por el no
pago de sus servicios de 10 meses de labores que ascienden a más de 6.000 millones
de pesos, también la comunidad sufre las
consecuencias de los desaciertos de los entes gubernamentales encargados de
servir y auxiliar a una Institución que presta tan grande labor a una sociedad
que muchas veces ha sido olvidada por el gobierno central.
Hoy pregunto, ¿dónde estamos todos, los docentes,
los políticos, los profesionales, los estudiantes, las comunidades vecinas, los
ricos, los pobres, los artistas, los hijos influyentes de Chiriguaná, en fin;
¡sí todos ¡ los que hacemos uso de los servicios del hospital?, el mismo que va
camino a la privatización, es lo que hace el Estado con aquellas Empresas
Sociales que no colmen las expectativas de su funcionalidad, estas crisis son
los vehículos en los que se monta el Estado para dejar clara constancia y
demostrar que lo público ya no funciona y por lo tanto existe la necesidad de
dejárselo al sector privado, entonces sí, le resulta solución, ya que el mismo
sistema le inyectan recursos en un
santiamén en caso de obstáculos financieros.
Desgraciadamente en nuestra primitiva esencia de
país surten más efectos las influencias de personajes, que la realidad o naturaleza de vida de toda una
comunidad necesitada de los aportes esenciales de progreso de entes
gubernamentales encabeza de estadistas
paridos por un carácter democrático y que hoy traicionan la decisión
asumida en su proceso de concepción liderada por un pueblo que esperaba un mejor
trato, Chiriguaná no puede seguir siendo atropellada por la negligencia y la
razón bruta del poder ciego, enraizado en rencillas personales propias del quehacer político cotidiano, que
como el sonar de un submarino, rebota vehementemente en las necesidades
naturales de sus gentes y el ruego a Dios para no enfermarse y ser castigado como consecuencia de la situación
actual de Nuestro Hospital San Andrés.
Chiriguaná está huérfana, de dirigentes
convincentes, de pueblo que le duela sus instituciones sociales, de una sociedad que visione hacia el futuro, de amor de hermanos, de una unión
que nos permita luchar juntos por una causa común.
Y si no unimos esfuerzos, entonces quedaremos huérfanos de hospital.
Y si no unimos esfuerzos, entonces quedaremos huérfanos de hospital.
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