lunes, 16 de noviembre de 2015

Chiriguaná está huérfana


Foto: Chiriguaná: Ayer, hoy y mañana. Juan Mejía Gómez
Por: Luis Alcides Aguilar P.
Noviembre de 2015
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El otrora Hospital San Andrés de Chiriguaná fue diseñado por  el arquitecto chiriguanero Francisco Aguilar Rivero, quien con sus modelos de construcción y deseos de servicio como profesional recién venido de Brasil, donde estudio; fue tenido en cuenta para  dar inicio y forma a la infraestructura de nuestro querido San Andrés. 

Es así como en 1963, gracias a las gestiones del Dr. Roberto García Hernández a través  del Representante a la Cámara Dr. Andrés Villanueva Amaris quien se comprometió con el Dr Roberto García y otros amigos para conseguir el Hospital a la población de Chiriguaná; cumpliéndose esa promesa y en honor al Representante Villanueva el hospital lleva su nombre San “Andrés”.

Al lado del Dr “robertico”, como humildemente le llamaba el chiriguanero común, se encontraba uno de nuestro más grande orgullo el Dr. Alfonso Mejía Vanegas, quien en ese momento ejercía como asesor del Ministerio de Salud y gracias a sus buenas posiciones laborales, como la OMS, y sus influencias logró la primera dotación para el Hospital San Andrés.

Hoy como consecuencia de la política neoliberal que gobierna el mundo, del lánguido servicio prestado por los agentes burocráticos del Estado y la corrupción galopante en un país que diariamente la prensa, y destacados personajes públicos cuestionan el proceso de paz con las Farc, con argumentos venenosos que más que bien, le hacen daño a esa sensación que tenemos muchos colombianos de lograr  apagar un tizón encendido aparentemente “perpetuo” de los tantos que quieren terminar de incendiar a nuestra sufrida Colombia; no utilizan los medios y las influencias para pedir y exigir soluciones políticas y económicas a tantos hospitales que han quebrado por la negligencia de administrativos y normas que cada día socaban la tranquilidad social de nuestras comunidades más pobres y desamparadas.

Los empleados del Hospital San Andrés, y toda una región: Chiriguaná, Curumaní, Tamalameque, Pailitas, Pelaya, se encuentran en paro; paro, porque así como los empleados se ven decididos a presionar, por el no pago de sus servicios de 10 meses de labores que ascienden a más de 6.000 millones de pesos,  también la comunidad sufre las consecuencias de los desaciertos de los entes gubernamentales encargados de servir y auxiliar a una Institución que presta tan grande labor a una sociedad que muchas veces ha sido olvidada por el gobierno central.

Hoy pregunto, ¿dónde estamos todos, los docentes, los políticos, los profesionales, los estudiantes, las comunidades vecinas, los ricos, los pobres, los artistas, los hijos influyentes de Chiriguaná, en fin; ¡sí todos ¡ los que hacemos uso de los servicios del hospital?, el mismo que va camino a la privatización, es lo que hace el Estado con aquellas Empresas Sociales que no colmen las expectativas de su funcionalidad, estas crisis son los vehículos en los que se monta el Estado para dejar clara constancia y demostrar que lo público ya no funciona y por lo tanto existe la necesidad de dejárselo al sector privado, entonces sí, le resulta solución, ya que el mismo sistema  le inyectan recursos en un santiamén en caso de obstáculos financieros.

Desgraciadamente en nuestra primitiva esencia de país surten más efectos las influencias de personajes,  que la realidad o naturaleza de vida de toda una comunidad necesitada de los aportes esenciales de progreso de entes gubernamentales encabeza de estadistas  paridos por un carácter democrático y que hoy traicionan la decisión asumida en su proceso de concepción liderada por un pueblo que esperaba un mejor trato, Chiriguaná no puede seguir siendo atropellada por la negligencia y la razón bruta del poder ciego, enraizado en rencillas personales  propias del quehacer político cotidiano, que como el sonar de un submarino, rebota vehementemente en las necesidades naturales de sus gentes y el ruego a Dios para no enfermarse y ser  castigado como consecuencia de la situación actual de Nuestro Hospital San Andrés.

Chiriguaná está huérfana, de dirigentes convincentes, de pueblo que le duela sus instituciones sociales,  de una sociedad que  visione hacia  el futuro, de amor de hermanos, de una unión que nos permita luchar juntos por una causa común.

Y si no unimos esfuerzos, entonces quedaremos huérfanos de hospital.

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